En un poderoso intento de aplastar a los escoceses, el rey Eduardo II se colocó a la cabeza de la invasión de Escocia. En su desesperada hora de necesidad llegó el mayor rey medieval de Escocia, Robert, conocido simplemente como "The Bruce". Las dos fuerzas se encontrarían en un pequeño arroyo a la vista del castillo de Stirling: el Bannockburn. La atronadora batalla librada allí decidiría el destino de una nación.