La gran batalla librada cerca de la ciudad costera inglesa de Hastings el 14 de octubre de 1066 fue quizás la más significativa en la historia de Inglaterra. La gran victoria obtenida ese día por el duque Guillermo de Normandía sobre Harold II de Inglaterra iba a moldear para siempre el destino de una nación. Porque al final de un día de furiosa batalla, el sol se puso no solo sobre los muertos y heridos que cubrían Senlac Hill, sino también sobre todo el estilo de vida anglosajón.